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EL (NO) ARTE DE LA GUERRA
14 April, 2022
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Autor. – Lic. Tomás Alfonso Regalado Núñez.

 

Advertencia: Una visión desde la óptica de la Solución de Controversias de manera Alternativa al analizar el libro “El Arte de la Guerra” de Sun Tzu.

 

A partir del año 2011 el plano jurídico mexicano se definió por distintos sectores como un cambio de paradigma jurídico. Nos encontramos con los Derechos Humanos y los Tratados Internacionales como bloque constitucional para nuestro país. Para este cambio de paradigma sobre la visión de simples derechos programáticos, se desencadenó un sin número de procesos federales que reclamaron a toda fuerza su reconocimiento y puesta en práctica (matrimonio igualitario, salud pública, medio ambiente sano, etc). Los Derechos Humanos empezaron a dar sentido de justicia al sistema jurídico mexicano. 

 

Empiezo el presente artículo con la referencia de cambio de paradigma, siendo que, en múltiples etapas de mi vida, una infinidad de docentes han encomendado la lectura del libro “El Arte de la Guerra”, regularmente bajo el halago del público lector, bien recibido por el alumnado, y reconocido por su trascendencia a través del tiempo. Pero hace unas semanas, en clase de maestría, fue encomendada la lectura, para que con enfoque crítico estableciéramos parámetros de utilidad y de referencia dentro de los sistemas jurídicos contemporáneos. 

 

Fue así que, en un nuevo contexto, muy diverso al que me situaba en las anteriores ocasiones que di lectura a dicho libro (como adolescente y como universitario), ahora con una realidad constitucional diversa, con el reconocimiento de la Justicia Alternativa como un medio eficaz para solucionar conflictos y como Derecho Humano (artículo 17 constitucional); la existencia actual de conflicto armado entre Ucrania y Rusia;  y una educación personal constante que tiende hacia La Paz de la mano de pensadores como: Mahatma Gandhi, Nelson Mandela, Malala Yousafzai, John Winston Lennon, Lao Tse, Jesucristo, Bob Marley, etc., en fin, sin más rodeos, con todos estos ingredientes contextuales, me fue imposible replicar los halagos hacia el ARTE DE LA GUERRA que en mi época de impúber claramente y a complacencia emití. Y aquí a continuación  algunos argumentos.

 

Mi primer argumento prevalece sobre la referencia de la palabra ARTE, con regularidad asociado con la belleza, con las mismas bellas artes, y con una connotación de admiración por sí misma, esto es, con regularidad cuando acentuamos algo como “arte” , precisamos un bien, una técnica impecable o una actividad que merece admiración. Y aquí mi primer descontento, máxime que en el titular de la obra la palabra ARTE acompañada de la palabra GUERRA pareciere irrelevante; aunque ayuda a descontextualizar en esencia la guerra, matizando sus consecuencias como la muerte y destrucción dentro de un manual que por sí mismo prepara para la guerra a sus lectores. Volviéndose real la ficción planteada en la obra intitulada 1984 de George Orwell, en el que el partido gobernante tenía el lema siguiente: “ La guerra es paz, la libertad es esclavitud, la ignorancia es la fuerza”. La queja entonces revive desde la perspectiva de mediador y un agente de paz, ¿Puede educar en La Paz, un manual para la guerra, que se titula El Arte de la Guerra? De entrada mi respuesta es, claramente no. Me viene claro que vender al subconsciente, tal como lo hace la industria alimenticia, textil y de la moda, resulta en excelentes resultados. Por lo que considerar artístico un manual para la guerra, consumirlo sin precisar su etiquetado, y después pensar que la utilidad supera sus efectos secundarios resulta impensable; después del cambio de paradigmas sobre derechos humanos, derecho humanitario, y la búsqueda de igualdad ante todo. 

 

Mi segundo argumento venía de la mano de una fracción del texto del libro en análisis, en el que se admiraba que fuera un libro utilizado por Napoleón Bonaparte, Mao Tse Tung y Maquiavelo. Y yo agrego en mi crítica que, la siguiente edición, agregará a George W. Bush , V. Putín, entre otros promotores de la guerra bajo la espada de la Paz. Entonces por qué debiéramos seguir leyendo un Manual de Guerra, que si bien en sus líneas podemos descontextualizar y llevar a bondades prácticas, es un manual que en manos de genes (de genética) beligerantes, bastará en su lectura para tener armas al ataque. Entiendo que debemos ser críticos, reconocer la esencia y fines de los textos, y más allá de todo, evaluar el alcance más puro, sin trampas ni engaños. Algunos de quienes acompañaban la sesión crítica de la obra, mencionaron: “el libro se llama El Arte de la Guerra; sin embargo, no habla de la Guerra”. Se actualizaba entonces el lema de ideología del partido gobernante de la obra de George Orwell previamente citada, volvía a resonar en mi mente, “La Guerra es Paz”. Definitivamente en mis interiores renacía la duda y la crítica sobre si leer un manual, que ha servido a quienes han servido de la guerra para hacerse de territorios, de opresión a las minorías, y de la amenaza de la destrucción, pudiera remotamente enseñar a quienes bajo una educación opuesta a La Paz, pudieran extraer y descontextualizar el libro. 

 

Dejar de pensar como se hacía en el pasado, es tarea difícil; queremos transformar al mundo sin encontrar transformación en nuestro interior, seguir leyendo sobre el arte de la guerra pensando que nos servirá para La Paz. Transformemos , y reconozcamos que en textos antiguos sobre la guerra, debiéramos sancionar y reconocer que el título al subconsciente que vende dicha obra es EL MANUAL DE LA GUERRA.

Y veamos que el subconsciente se prepara para la guerra, mientras lo que necesita el mundo es paz y tranquilidad. (Punto final).

 

Y a manera de “Post Data”, me gustaría acentuar que, si no tuviéramos manuales de Guerra o libros que se jacten de hablar del arte de la guerra, no tendríamos los siguientes tipos de tratados internacionales:

 

a.- Convenio de Ginebra para alivia la suerte que corren los heridos y los enfermos de la fuerzas armadas en campaña (1949).

b.- Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos, los enfermos y los náufragos de las fuerzas armadas en el mar (1949)

c.- Convenio de Ginebra relativo al trato debido a los prisioneros de guerra (1949)

d.- Declaración de San Petesburgo de 1868 con el objeto de prohibir el uso de determinados proyectiles en tiempo de guerra.

e.- Declaración prohibiendo el empleo de las balas que se hinchan o aplastan fácilmente en el cuerpo humano

 

Entre otros  tratados más, relacionados con la guerra y métodos de combate, protección de víctimas  en conflictos armados, Bienes Culturales, Derecho Penal internacional, Medio Ambiente, Guerra Marítima, etc . Para leer el gran listado podrán visitar https://www.icrc.org/es/tratados-sobre-dih

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