Reflexión a partir de la conferencia organizada por la Barra Mexicana Colegio de Abogados Capítulo Jalisco titulada “Aplicación de los principios procesales en el juicio laboral” a cargo del Juez Federal Antonio Ordoñez Serna.
Por Alfonzo Torrega.
La reflexión se origina desde el foro, la posición natural de tú a tú planteada por el Juez Federal Antonio Ordoñez Serna marcó la pauta, permitirse un titular del poder judicial federal presentarse como un abogado más del salón fue el punto de arranque. Al menos al vernos como iguales es permisible plantear con mayor sencillez y sinceridad las dudas, por lo menos yo así lo veo. Y bueno, al final de la plática pude acercarme al ponente para plantear mi propuesta basada más en la ficción que en la realidad, ¿Si tuviéramos acceso a la trazabilidad del comportamiento procesal de los asesores legales en los juicios en los que participan, pudiéramos evidenciar a los falseadores seriales? ¿serían los juicios más apegados al principio de realidad? Imaginemos, un abogado que presenta siempre los mismos hechos, sin cambio de punto ni coma, la misma falsa historia solo con un matiz, el nombre de su representado; en consecuencia, presenta las mismas (o casi) pruebas, tales como los mismos testigos (a sueldo) que son presentados más de una vez en diferentes procesos, como una salida fácil a su mundo de falsas narrativas procesales; en consecuencia, cuando alega algún problema físico de sus representados, se hace acompañar siempre (o casi siempre) del mismo médico especialista quien alega y acompaña la mentira con sus conocimientos profesionales (regularmente para justificar ausencias por temas médicos, o para intentar beneficios específicos según la materia del derecho que sea parte de diálogo judicial).
Imaginemos que un titular o una contra-parte conoce nuestros antecedentes procesales sobre la forma de conducirnos durante el juicio, pondría en duda el valor de verdad que debiera cubrir cualquier participación. Creo que podríamos sugerir al sistema judicial para un acercamiento cada vez más preciso a la realidad y, a la verdad (condiciones del proceso laboral) abriendo los casos en los que el abogado que se presenta ante ellos ha participado; la principal finalidad: entender cómo se comporta judicialmente y qué tan cercano o lejano a la verdad está acostumbrado a conducirse. Por ejemplo: un falseador serial asume en un proceso laboral que su cliente (trabajador) fue acosado sexualmente y con esto evade la etapa prejudicial (llevada ante los centros de conciliación laboral), todo debería indicar que debiera actuarse con base a la legislación y asumir como cierto el dicho procesal; no obstante, si el juez pudiera solicitar el informe de comportamiento procesal del abogado (le llamaremos así a esta utópica posibilidad) al advertir que en su 99% de casos ha usado el mismo alegato, las mismas narrativas de condiciones de tiempo, modo y lugar, siendo en consecuencia tan similares los hechos que parecería que todos trabajan para el mismo empleador, hacían las mismas actividades y hasta se presentaban en mismos horarios, entonces el juzgador podría poner en duda inicial el comportamiento procesal del abogado para inducir a falsear hechos a sus clientes para obtener un beneficio indebido procesal. Esta situación ya se veía venir hace unos años en el sistema de justicia laboral anterior a la reforma donde constantemente para conducir asuntos hacia las Juntas Especiales de la Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) se aducían riesgos de trabajo similares, y al conocer las JFCA en ese momento se desistían del tema de riesgo de trabajo y se enfocaban entonces en el proceso que aducía un despido injustificado. ¿Para qué se hacía esto? Aparentemente el grupo de abogadas y abogados que actuaban de esta manera tenían privilegios de justiciabilidad ante dichos órganos, o por lo menos eso se advertía a distancia donde sus procesos avanzaban rápidamente, se les permitía ciertas ausencias en audiencia por estar en múltiples audiencias a la vez (cosa que a las contra-partes no se les permitía), así como muchos beneficios no escritos adicionales. Podría entonces el acercamiento a este informe de comportamiento procesal permitirle a cualquier órgano de disciplina judicial entender las fallas de asesores y de juzgadores, pues al entender cómo se comportan los abogados y abogadas e identificarían quiénes pecan de omisión en sanciones disciplinarias o quienes faltan a la verdad de forma recurrente.
¿Alguna vez habías pensado que esto pudiera ser real? Al parecer para los juzgadores la publicidad de sus sentencias es de una u otra forma la de controlar y disciplinar sus criterios, esto es, que ante casos similares existan sentencias similares, evidenciando en su caso, favoritismos para variar criterios según sea el justiciable que se presenta ante ellos. Ahora pensemos que fuera público la cantidad de procesos en los que asiste un abogado o abogada, podríamos entender también que tan fiables son, qué tan correctos o incorrectos son sus actuares, cuidando claro, los datos personales de las partes, pero evidenciando si nos enfrentamos ante un falseador serial o un abogado leal a las formas y normas.
¿Alguna vez has estado en una situación que te hubiera gustado saber qué tipo de comportamiento tiene tu asesor en casos similares al tuyo? ¿Serviría de algo entender si estás ante un falseador serial o no? ¿Qué opinas? Deja tus comentarios.
**Falseador Serial: Este concepto lo aplico para definir a los asesores legales que utilizan estrategias indebidas o ilegales en casi todos los juicios en los que participan, de tal manera que de conocer su comportamiento en cada juicio que participan podríamos detectar de forma casi inmediata que están falseando hechos, pruebas, situaciones, o simplemente tienen un guión de mentiras al que recurren constantemente para obtener los mismos resultados. Por eso el término de “Falseador Serial”.
